Había una vez un apuesto príncipe que tuvo la desgracia de ofender a una pérfida hada. La hada para vengarse lo convirtió en una rana muy fea y lo metió en un pozo. Resultó que el pozo se hallaba en el patio del palacio de un rey y en los días soleados la hija menor del rey salía al patio y se entretenía jugando con una pelota de oro. La rana observaba la princesa mientras ésta corría de un lado al otro lanzando la pelota y pensaba que jamás había visto una princesa tan hermosa. Un día la princesa lanzó la pelota tan alta que cuando fué a cogerla con la mano rebotó y se cayó dentro del agua. La princesa corrió hacia el pozo y miró hacia abajo pero la pelota se había ya hundido hacia lo más profundo y entonces se puso a llorar muy desconsolada.
La rana sacó la cabeza del agua y le dijo “¡no
llores princesa! ¿Qué me darías si te trajera la pelota del fondo del pozo?”
“Te daría todo lo que tengo, mis bonitas
perlas, mis diamantes e incluso mi corona. ¡Quiero sólo devuelta mi pelota!”
respondió la princesa.
“Yo no quiero ni perlas ni diamantes ni corona”
dijo la rana, “pero si prometes que me querrás y me dejarás comer de tu plato,
beber de tu vaso y dormir en tu cama te traeré tu pelota”.
La princesa se lo prometió porque pensó que
la rana jamás conseguiría salir del pozo y llegar hasta el palacio. La rana nadó
hacia el fondo del pozo y volvió con ella en la boca. Apenas la princesa cogió
su pelota corrió hacia el palacio olvidándose de la rana y de su promesa. Al día
siguiente la rana apareció en el palacio mientras la princesa comía con su
padre y sus cortesanos. La princesa contó al rey lo sucedido el día anterior,
de cómo se le había caído la pelota al pozo y cómo la rana se la trajo y de las
promesas que le hizo. El rey entonces le respondió que las promesas había que
mantenerlas y fué así que la rana entró en el palacio, comió del plato de la
princesa y bebió de su vaso e incluso
durmió en la almohada de su cama junto a ella. Al despertarse el día siguiente
la princesa vió que la rana se había ido y entonces pensó que ya no la volvería
a ver y no la molestaría más pero estaba en lo equivocado, porque cuando se
hizo de noche la rana apareció delante de su puerta y le pidió una vez más de dormir en la cama junto a
ella. La tercera noche fué lo mismo pero por la mañana cuando la princesa se
despertó vió sorprendida que en lugar de una rana había un apuesto príncipe,
con los ojos más bonitos que había visto nunca.
“Has roto la maldición de una hada malvada
que me había convertido en una rana hasta que hubiese dormido durante tres
noches con una princesa, y ahora no quisiera otra cosa más que llevarte conmigo
al reino de mi padre, casarme contigo y amarte durante toda tu vida” dijo el príncipe.
Y fué así que la princesa y el príncipe se
fueron en un carruaje conducido por ocho hermoso caballos que llevaban plumas y
arneses de oro y vivieron felices durante el resto de sus vidas.
(El Príncipe Rana, los Hermanos Grimm).
Cupcakes de dulce
de leche (para 12 cupcakes):
125 g de harina 00
50 g de azúcar
125 g de mantequilla (reblandecida)
2 huevos
70 ml de leche
8 g de levadura en polvo
1 cucharadita de extracto de vainilla
110 g de dulce de leche
Precalentamos
el horno a 160° y mientras preparamos la fuente para muffins con los papelitos para
cupcakes. Batimos la mantequilla junto con el azúcar hasta que obtengamos una
mezcla cremosa y entonces añadimos los
huevos. Ahora añadimos la mitad de la harina mezclada junto con la levadura y a
continuación la leche con el extracto de vainilla. Incorporamos el resto de la
harina, batimos y por último añadimos el dulce de leche, mezcándolo al resto de la masa simplemente con una cuchara de manera que no
se una al resto por completo. Repartimos la mezcla entre los papelitos para
cupcakes, rellenándolos unos 2/3 y ponemos la fuente en el horno durante unos
15-20 minutos aproximádamente. Cuando los cupcakes estén doraditos por encima los
pinchamos con un palillo, si sale con sólo una
cuantas migas pegadas por encima entonces ya están listos. Dejamos los cupcakes
reposar un minuto y luego los sacamos y los ponemos a enfriar encima de una
rejilla.
Buttercream de
dulce de leche:
125 g de mantequilla (reblandecida)
60 g de azúcar glas
50 g de dulce de leche
Batimos
la mantequilla junto con el azúcar glas a velocidad mínima hasta che la mezcla se
aclare y resulte homogénea. Añadimos poco a poco el dulce de leche y cuando lo
hayamos incorporado del todo batimos a velocidad alta durante unos pocos
minutos.
Para
decorar los cupcakes he metido el buttercream dentro de la manga pastelera con
una punta de 6 mm de diámetro empezando del centro hacia fuera y después les he
puesto encima los toppers de pasta de azúcar que
hice . . . ahora os explico todo!
Topper Príncipe Rana de pasta de azúcar (fondant):
Lo
primero que tenemos que hacer es preparar diferentes colores de fondant; para
la rana necesitamos el verde (que yo he hecho con los colorantes en gel Leaf Green y un poquito de Royal Blue de la marca Wilton), negro
para los ojos y para la boca el rosa (Pink
Terracota de la marca Wilton) y color carne (con una puntita de marrón, haced bastante de este color si queréis
luego hacer también la princesa).
Cogemos un trozo de fondant verde, lo estiramos con el rodillo y con un cortador redondo recortamos un círculo que nos servirá como base. Ahora cogemos un trozo de fondant blanco (sin colorantes) y recortamos dos círculos pequeños de diferentes medidas (yo he usado el cortador redondo más pequeño y la base de una boquilla de la manga pastelera); si preferís podéis hacer los ojos del mismo tamaño. Hacemos lo mismo ésta vez con el fondant verde, y los discos que obtendremos los cortamos por la mitad con un cuchillo, serán los párpados de la ranita. Pegamos entonces las mitades verdes encima de los discos blancos con un poco de agua.
Para hacer las pupilas
estiramos un trocito de fondant negro y recortamos dos circulitos con la punta
de una boquilla redonda de 11 mm de diámetro
(y si no tenéis el tapón de un boli pequeño va
muy bien). Uno de los círculos negros los cortamos exactamente por la mitad
con un cuchillo y el otro en cambio lo cortamos de manera que haya una parte más grande que la otra. Esta mitad más
grande la pegamos con agua encima del ojo más
grande y y una de las otras mitades del otro círculo
encima del otro ojo.
Para hacer la boca cogemos un trozo de fondant rosa y hacemos un círculo con un cortador redondo y luego lo cortamos por la mitad. Con el mismo cortador hacemos otro círculo pero de fondant color carne y le cortamos una esquinita siempre con el mismo cortador para hacer la lengua. Por último, pintamos con un pincelito y colorante negro (yo he usado Black Liquid de la marca Squires Kitchen que es súper concentrado y se seca súper rápido, ¡una maravilla!) los agujeros de la nariz de la ranita. Como toque final, le he pegado con una gotita de agua un corazón de azúcar que compré en el supermercado.
Topper Princesa de
pasta de azúcar (fondant):
Los colores de fondant que necesitaremos para
la princesa son el color carne (hecho con una puntita de marrón), el negro para
las pupilas, el amarillo para el cabello y el rosa para la corona.
Hacemos primero la base de la princesa recortando un círculo de un trozo de fondant color carne con un cortador redondo. Estiramos un trozo de fondant blanco y hacemos dos círculos iguales (yo he usado la base de una boquilla de la manga pastelera). Ahora estiramos un trozo de fondant color carne y recortamos solamente un círculo que luego cortremos por la mitad con un cuchillo y pegaremos encima de los dos discos blancos.
Con la punta de una boquilla de 11
mm de diámetro recortamos un circulito negro para las pupilas. Cortamos por la
mitad este circulito y pegamos cada mitad encima de un ojo con un poco de agua.
Para hacer el cabello estiramos con el rodillo un trozo de fondant amarillo y recortamos un círculo con el mismo cortador que usamos para la base de color carne. De este disco amarillo recortaremos dos partes (siempre con el mismo cortador redondo), una más grande y la otra decididamente más pequeña que se convertirán en el flequillo de la princesa. Para hacer la coleta estiramos otro trozo de fondant amarillo y recortamos un trozo de forma ojiva con un cortador redondo de la medida más grande. Pegaremos estas tres partes encima de nuestra base de color carne con un poco de agua y si queréis podéis pegar también un corazoncito de azúcar u otro sprinkle encima de la coleta.
Para hacer la corona estiramos un trozo de fondant rosa y
recortamos una pequeña estrella con un cortador de esta forma. Esta estrellita
la cortaremos por la mitad y luego con un cortador redondo recortamos un trozo
para darle una forma curvada a la base de la corona. Encima de la corona le he
pegado con agua después tres bolitas de azúcar que compré en el supermercado. La naricita y la oreja son
simplemente dos bolitas de fondant color carne aplastadas con el dedo, y los
agujeros de la nariz están hechos con la punta de un palillo de dientes. Y, por último, pintamos unas pocas pestañas (yo he usado el colorante Black Liquid de la marca Squires Kitchen)
y una boca sonriente (colorante en gel Creamy
Peach de la marca Wilton).
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