Para celebrar el primer post del año 2013
(estamos ya en febrero, ¡pero qué rápido que pasa el tiempo!) he decidido de
hacer una receta que puedan comer todos los golosos, inclusos aquellos
intolerantes al glúten. Me he inspirado en un postre típico del Piamonte, tarta
de avellanas con zabaione (crema de
huevo) por encima . . . ¡buenísima! Y ahora os cuento un cuento . . .
Érase una vez un santo español llamado
Pascual de Baylon el cual se encaminó hacia Turín después de la batalla de San
Quintín en 1559. Un día, en las cocinas de un convento, después de haber
intentado montar los huevos con el azúcar sin éxito alguno, decidió añadirle
vino dulce de Chipre, y así pues es como
nació el primer zabaione, o así narra
una de las muchas leyendas.
Cupcakes de harina de avellanas (para 12
personas):
180 gr
de harina de avellanas
70 ml
de aceite de oliva
160 gr
de azúcar
3
huevos medianos
8 gr de
levadura en polvo
Precalentamos el horno a 160° y mientras
tanto vamos poniendo en la fuente para muffins los papelitos para cupcakes. Batimos
el azúcar junto con los tres huevos hasta que obtengamos una mezcla cremosa y
luego todo el aceite. Por último
añadimos la harina de avellanas y la levadura y batimos hasta que se hayan
mezclado bien todos los ingredientes. Repartimos la mezcla entre los papelitos
para cupcakes, rellenándolos unos 2/3, a mi me viene con una cucharada bien
llena. Ponemos la fuente en el horno durante unos 20 minutos aproximádamente.
Antes de sacar los cupcakes hacemos la prueba del palillo, los pinchamos con un
palillo de dientes y si éste sale limpito entonces ya están listos. Dejamos
reposar un minuto los cupcakes y luego los sacamos y los ponemos a enfriar
encima de una rejilla para dulces.
Zabaione (crema de huevo):
120 gr de azúcar
6 yemas de huevo
100 ml
de moscato de Asti (o vino blanco dulce)
Metemos dentro de un cazo el azúcar y las
yemas de huevo y batimos bien hasta que obtengamos una crema. Añadimos también
poco a poco el vino dulce sin dejar de batir hasta que se haya incorporado del
todo. Ahora ponemos el cazo a baño maría (apoyamos el cazo dentro de otro cazo
con agua caliente pero no hirviendo) y continuamos a batir lentamente con una
varilla batidora hasta que la crema se espese (aproximádamente 10 minutos) y luego la dejamos enfriar.
Con un vaciador de patatas (o con un
cuchillo) hacemos un agujero en la parte superior de cada cupcake y los
rellenamos con un par de cucharaditas de crema de huevo. Volvemos luego a
apoyarle encima la tapita de bizcocho que le habíamos quitado antes. Una vez
rellenados todos los cupcakes podemos proceder con la decoración . . .
Decoración de los
cupcakes con pasta de azúcar líquida:
Ponemos a calentar un poco de mermelada de
melocotón durante unos segundos en el microondas y luego con un pincel de
cocina espalmamos un poquito de mermelada de melocotón encima de cada cupcake.
Dejamos enfriar los cupcakes y mientras tanto ponemos a calentar a baño maría
nuestra pasta de azúcar líquida (yo he usado la de la marca FunCakes). Una vez
que esté caliente el fondant (bastan pocos segundos) inmergemos la parte
superior de un cupcake dentro del cazo con la pasta de azúcar hasta que toque
la parte de arriba del papelito de cupcake, alzamos el cupcake y lo sacudimos con
delicadeza para que caiga hacia abajo la pasta de azúcar sobrante. Giramos
entonces el cupcake y lo dejamos endurecer por completo antes de darle la
segunda capa. Hacemos lo mismo con todos los cupcakes, si no bastan dos capas
para cubrir completamente la superficie del cupcake y para darle un aspecto
liso y uniforme podemos hacerles una tercera capa. Yo aquí he usado la pasta de
azúcar tal cuál como sale del bote pero si queréis podéis usar sin ningún
problema los colorantes para alimentos para hacerla del color que más os guste.
Rositas sencillas de
pasta de azúcar (fondant):
Mezclamos un poquito de colorante en gel rosa
(yo he usado Pink Terracota de la
marca Wilton) a un trozo de fondant y lo amasamos hasta que el color sea homogéneo.
Hacemos un rollito con la pasta de azúcar y luego lo estiramos con el rodillo. Con un cuchillo recortamos las extremidades para formar un rectángulo y luego doblamos uno de los lados hacia el interior. Empezamos ahora a enrollar poco a poco nuestro rectángulo con la parte doblada hacia fuera. Una vez enrollado todo, escachamos suavemente la parte de atrás (la parte sobrante de fondant).
Hojitas de pasta
de azúcar (fondant):
Cogemos un trozo de fondant y lo coloreamos
de verde con un poco de colorante para alimentos (yo he usado colorante en gel
verde y marrón de la marca Wilton). Estiramos el fondant con un rodillo y
recortamos unas cuantas hojas con un cortador en forma de gota.
Cogemos las
gotas de pasta de azúcar y las doblamos con delicadeza por la parte redondeada
para darles una aspecto más natural a nuestras hojitas.¡Qué disfrutéis!
Besitos,
Dewi
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